La Guerra de los Treinta Años fue una guerra librada en la Europa Central (principalmente Alemania)
entre los años 1618 y 1648, en la que intervino
la mayoría de las grandes potencias europeas de
la época. Esta guerra marcará el futuro del conjunto de Europa en los siglos
posteriores.
Aunque inicialmente se trató de un conflicto
religioso entre estados partidarios de la reforma y
la contrarreforma dentro del propio Sacro Imperio Romano-Germánico,
la intervención paulatina de las distintas potencias europeas gradualmente
convirtió el conflicto en una guerra general por toda Europa, por razones no
necesariamente relacionadas con la religión: búsqueda de una situación de
equilibrio político, alcanzar la hegemonía en el escenario europeo,
enfrentamiento con una potencia rival, etc.
El mayor impacto de esta guerra, en la que se
usaron mercenarios de forma generalizada, fue la total
devastación de territorios enteros que fueron esquilmados por los ejércitos necesitados de suministros. Los
continuos episodios de hambrunas y enfermedades diezmaron la población civil de los
estados alemanes, y en menor medida, los de los Países Bajos e Italia, además
de llevar a la bancarrota a muchas de las potencias implicadas. Aunque la guerra duró 30 años, los
conflictos que la generaron siguieron sin resolverse durante mucho tiempo.
La larga serie de conflictos que
forman la guerra pueden dividirse en cuatro etapas diferenciadas:
§ La revuelta bohemia.
§ La intervención danesa.
§ La intervención sueca. pedorreta
§ La intervención francesa.
EVA
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